¿Qué sientes cuando piensas en un pueblo en donde los ricos se dan todo tipo de lujos mientras la mayoría sufre, se enferma y muere por no poder satisfacer ni sus necesidades básicas?
¿Que sentirías y qué harías si te dieras cuenta de que, a nivel global, nuestra cultura representa a ese grupo que consume mucho más de lo que realmente necesita, y de que los que la conformamos somos todos responsables de que tantos, y cada vez más, estén sufriendo, enfermos o muriendo por no poder ni siquiera satisfacer sus necesidades básicas?
¿Crees que tu actitud es distinta a la de esos ricos? Te invito a seguir leyendo y completar la encuesta.
Se necesitan 16 mil litros de agua sólo para que comas un kilo de carne de vaca, 11 mil litros de agua sólo para que uses un par de jeans, 3400 para un kilo de arroz, 2 mil para una remera de algodón. Y más del 90% del agua utilizada vuelve a su lugar sin ser tratada (es decir, contaminada).
Esos son sólo algunos ejemplos (del consumo de agua solamente) de los lujos más comunes.
Ahora piensa, además, en todos los recursos utilizados, incluyendo energía humana (gran parte de las veces infantil y/o muy mal remunerada para que nos cueste menos dinero), y en las consecuencias de la obtención de los recursos (fracking, guerras, minería a cielo abierto, entre otras) para todo tu entretenimiento: automóvil, televisión, computadora de escritorio, escáner, impresora, notebook, tablet, cámara de fotos, cámara de filmar, celular, reproductor de mp3, de DVD, home-theater, consola de videojuegos, radio-reloj, equipo de música, y ahora llegan los smartwatches! Salidas, fiestas, cigarrillo, alcohol, gastronomía, música, turismo. Un estilo de vida divertidísimo, pero con un costo demasiado alto.
Por si lo anterior no fuera suficiente para pensar seriamente en qué podríamos hacer al respecto, piensa también en la la cantidad de agua, aire y tierra contaminadas por todos los desechos, la gran mayoría de veces sin tratamiento alguno, de todo lo consumido.
Y piensa, por último, en que, tarde o temprano, todo eso termina perjudicándonos a nosotros mismos y sobre todo a nuestros descendientes. Quizás, mientras más rico uno sea, más le tardará en llegar ese momento, pero eminentemente sucederá... a menos que hagamos algo al respecto.
En conclusión: sólo para pasarla bien, usamos o inhabilitamos el uso de los recursos que otros necesitan para no morir o al menos vivir sanos, y, más pronto de lo que la mayoría cree, esto comienza a perjudicarnos a nosotros, los hiper-consumidores, también.
Por suerte, esto no tiene por qué seguir siendo así: puedes seguir teniendo todo lo que necesitás y seguir pasándola bien pero sin demandar tantos recursos ni generando tanta contaminación. Además, gozarás de mayor salud, menos gastos y más tiempo, y, por lo tanto, te resultará más fácil ser feliz.
¿Te gustaría un mundo mejor? Demuéstralo en esta encuesta (y si te gusta, por favor compártela).
Si quieres aprender más acerca de lo que puedes hacer al respecto y las consecuencias de el estilo de vida convencional, lee este artículo.
Gracias por tu atención y por tu tiempo,
Maum
